Su pervertido e insuficiente reflejo.
viernes, 26 de agosto de 2011
Lo que hay al otro lado del espejo de Alicia, mas allá de lo psicodélico, una alucinación colmada de organismos y antiorgasmos fractales. De los fieles perros; huesos. De los sueños, imposibles. De esas melodías que te dejan sin aliento, oxígeno ni razón, de esas letras sin sentido que te sacuden por dentro y te dejan vacía. "No lo entendéis, yola quiero". Pero yo sé querer como no sabéis vosotros. Yo sé contemplar, sentir y callar, porque las declaraciones de amor son de egoístas, útiles sólo para alimentar el amor propio. Yo sé doler y ser dolida, yo sé ver lo maravilloso y lo infinito en sus pequeños ojos, yo sé volar con sus manos, yo sé que ella es tan ligera que vuela sin ayuda, la chica pájaro se va de viaje y de vez en cuando me lleva en sus alas. Porque yo soy terrestre y sólo puedo soñar, mientras que ella es sueño. Ella vive en el mundo de siempre-nunca y marengo, malva, lila. En mi mundo se reduce a morado, las visiones se simplifican y esquematizan, sólo puedo imaginar las contradicciones aleatorias de su no-existencia. No sabe que ella siempre será ídolo, y no culpable de idolatría, alegoría, la misántropa soy yo, pero niña, ella que nunca crecerá es galaxia y átomo lejano. Le dedicaré mi más mísera inspiración y ella merecerá los zapatos mágicos de la bruja del Oeste, ella, que siempre va descalza. Ella, que es etérea.
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