I hate you.

Odiamos. Odiamos de forma amarga, de forma ácida, de manera cruel. Odiamos con los dedos, arañamos la pared imginando que estrangulamos a esa persona. Odiamos con los sueños, porque ciertamente soñamos infinitas maneras de torturar en una elipse de tiempo indefinida. Odiamos a batacazos, con furia, con lágrimas estúpidas. Planeamos divertirnos, y al odiar las pretensiones se vuelven venganza, y la idiotez me ciega la inteligencia.
Odio tu estúpida falsa sonrisa, tu hipocresia, mi ingenuidad. Odio los momentos en que sentí algo por cualquiera de vosotros dos, los momentos en los que me confié, los sueños en que el mundo era bueno.
Y al convertirme en cenizas ruego.