Esto es algo que subí a mi fotolog pero creo que no fue lo suficientemente leído. Me autohago copypaste.
Decimos “estos niños de hoy en día cada vez crecen antes” y eso que aún somos niños. Nos creemos muy ingeniosos, con nuestro sarcasmo, nuestras críticas y nuestras redes sociales. Usamos tópicos y nos quejamos de ellos, la moda es ser original. Los listillos van de intelectuales. Si crecemos antes, yo os digo que entonces nos queda menos vida. ¿Me explico? Procedo.
Somos pequeños. Tenemos menos de dos cifras de edad y todo es nuevo, y por mucho que los adultos digan que la infancia es una etapa maravillosa ardemos en deseos de superarla. Eso de “yo de mayor quiero ser pequeño” lo inventó un cuarentón, fijo. Las cosas que ahora nos parecen insignificantes entonces eran mundos. Reflexiones y universos enteros, con los que un adulto escribiría un libro y se forraría, o lo meterían en un sanatorio mental, en nosotros son achacados a “la imaginación de esos dulces niños”. Una pelea es el apocalipsis. Una victoria debe pasar a la posteridad por los siglos de los siglos. Cada vez que cumples años eres mayor y el año anterior eras pequeño, y es que claro, todo el mundo sabe que nueve años y medio son casi diez y esos son ya dos cifras y que a los ocho eres un niño, ¿no? Quien más, quien menos, con un trauma que otro. En mi caso hubo cambio de país, un padrastro malvado, unos niños crueles. Una separación, vivir en la calle, cuidar de una niña recién nacida cuando aún no había cumplido los ocho. Aprender un idioma, cambiar tropocientas veces de colegio antes de acabar primaria, vivir en un gueto gitano del que con un par de palizas puede decirse que salí bien parada. No dije que todos hubiéramos pasado por lo mismo ¿no? Pero al fin y al cabo lo mismo da, crecemos un poco más, y al menos los que algún día no serán canis perdidos se empiezan a interesar por la cultura general, cada uno con sus particulares aficiones. Yo por ejemplo era una rata de biblioteca, así que dentro de lo general, lo general. A otros les gusta la astronomía, a otros las piedras raras, a otro los caracoles. El caso es que empezamos a saber un poco de historia, de arte, de ciencias naturales -no conocimientos serios, sino datos curiosos, por ejemplo- . Las niñas sobretodo, cada año se piensan que han descubierto el dolor del amor verdadero – yo llevo descubriéndolo desde los nueve años, anda y que me jodan- y con más o menos impresiones sexuales llegas a los aproximadamente catorce. Aunque no debería usar ese término porque ahora sí, cada año es un mundo, en mi caso fueron los catorce. Y entonces descubres que hay gente con las mismas aficiones que tú, y aunque ya tenías amigos, no es lo mismo, esta nueva gente ten entiende mejor porque es como tú, y tú aunque eres medianamente feliz, creías estar solo en el mundo como todo adolescente. Es un BOOM! Y se te abre un mundo de posibilidades, para empezar la música. Tú que siempre habías escuchado lo que tus padres ponían, que, seamos sinceros, en la mayoría de los casos es basura comercial repelente, hay quien ha crecido con Camela. En mi caso yo tuve música de la mejor y más variada -Beatles, Bob Marley, Bob Dylan, Música clásica, música popular de tribus africanas, Queen, Elvis y un largo etcétera que me hace salivar-. Empiezas a salir más -fuera el típico a las diez en casa- y en mayor rango geográfico, pruebas las drogas suaves, algunos las drogas duras, algunos empiezan a fumar, otros aún tardarán unos años y otros afortunados o tal vez más inteligentes nunca. Sin pena ni gloria, tal vez con una anécdota graciosa te inicias en el sexo con tu pareja “estable”/alguien con quien había confianza/estabas demasiado borracho/a para recordarlo. Una vez que lo pruebas decides que joder, ojalá lo hubieras sabido antes y que a partir de ahora desde luego que habrá más. Y un par de listillos, quien con embarazos, quien con enfermedades venéreas, se unen al grupo de los ya drogadictos y se quedan atrás. Los grupos empiezan a ser más “veteranos” y hay PROBLEMAS. ¿Le suena a alguien? Fulanito salió con Menganita y esta le puso los cuernos con Zutanito, aunque en realidad casi como que no cuenta porque a Zutanito le gustaba primero y Fulanito lo sabía y fue a por Menganita, en realidad nos meteremos con Pepita que los vio liándose y no le dijo nada a Menganito a pesar de que éste era su amigo, pero lo que pasa es que ella no quería hacerle daño... y cosas muchísimo más embrolladas. Todo es posible en un grupo de adolescentes soñadores con las hormonas alteradísimas, y que por cierto, señoras y señores tienes pensamientos, unos vagos planes de futuro, están preocupado por los problemas de la orden del día y además están en la ESO, que si bien no es un período difícil, en ese momento tu vida personal, que tú crees al borde del abismo, es más importante. Y de vez en cuando, quien más quien menos, repite un curso. Igual no es idiota, simplemente era adolescente. ¿A quién se le ocurre montar el sistema educativo de manera que tengas que tomar decisiones a esa edad? Es de ser inútil. Y claro está, una gran mayoría de esos adolescentes medianamente inteligentes, se preocupa por la sociedad. LA SOCIEDAD, señoras y señores. Y empiezas a ir a manifestaciones, a informarte, a pegar cartelitos, a protestar por los niños de África, que si lo supieran seguro que les parece bien, si es que entienden el concepto de protesta, o si llegas a tiempo para decírselo, que desde que se empezó a protestar por ello seguramente han muerto unas ochenta generaciones de niños africanos hambrientos, con la tasa de natalidad que hay allí. Quieres cambiar el mundo, mejorar la sociedad, montar de nueva el sistema educativo, tú sabes como hacerlo, sólo tienen que escucharte porque tienes un montón de ideas que lo solucionarán todo. Pero bueno, de todas formas no importa, porque cuando tú seas presidente del mundo/dictador/tu partido gobierne, etc., lo cambiaréis todo a mejor.¡Por el pueblo! decís que lucháis, y el pueblo es una masa ovejera que sólo quiere que los impuestos bajen y una mejor organización de los horarios televisivos. Y si puede ser, por favor, dos semanas más de vacaciones, pero que si no puede ser no pasa nada. Y eso de luchar, que decís vosotros, repartir panfletos, rabiar, manifestarse, incluso escribir quejas y sugerencias. Que sí, que vosotros lucháis de la manera civilizada, y no esos que hacían revueltas en el siglo pasado, que sólo le faltaban las hoces, que las antorchas ya las tenían para ser del medievo. No, no, las cosas hay que hacerlas bien, que hablando se arregla todo y vosotros arreglaréis el mundo. Claro, para entonces, la gran parte de vosotros-ellos-nosotros-tú ya ha pasado por cinco o seis tribus urbanas diferentes. Por llamarlo de alguna manera. En mi caso fui choni-marginada-pija-emo-gótica-heavy-otaku- Otros siguen en este tipo de grupos.Ahora mismo no me pondría ninguna etiqueta, ya que considero que no poseo características suficientes para pertenecer a un determinado clan. Aunque con la velocidad con la que brotan nuevos, tampoco me atrevo a afirmarlo con total seguridad. Si tuviese que estar en un grupo, yo lo llamaría “los jóvenes que crecieron demasiado pronto”. Por supuesto, tenemos acceso a internet, tropocientas redes sociales, setecientos aparatos a cuál más moderno e imposible de entender, aparte de caro, para conectarnos. Bueno, eso de caro es discutible, siempre te lo pueden dar por cero euros y 23'58324'957 años luz de contrato, que eso de las hipotecas impagables está muy de moda hoy en día. Nos creemos muy sofisticados e informados, y eso de que el exceso de información produce desinformación ya lo dijo un señor filósofo antes de que existiera la radio siquiera. Pero tú ni caso. Por supuesto, el gran grupo de personas jóvenes, de niños que sigue “avanzando”, ya ha pasado, al menos la mayoría, por al menos una relación seria, y al menos una relación destructiva. En gran cantidad de ocasiones es la misma. Y salimos de ello desilusionados, con la conclusión de que “la vida real duele”, más de lo que habíamos pensado en un principio, y aunque lo pasado, pasado está, joder qué bonito sería volver a ser inocente. Porque cuando duele, aunque te haga más fuerte, te ha dolido. Y por mucho tiempo que pase y ya no duela, ya no confías igual en la gente, cada vez estás más curtido. Y te empiezas a cansar ya un poco, o más bien a estar hasta los mismísmos de la causas justas y perdidas.Porque tu voto sólo no va a cambiar al gobernante, y tampoco es que haya alguien mejor para poner en su lugar. Y sabes que por mucho que te ates con cintitas de colores a la puerta del ayuntamiento no van a cambiar las leyes, ni harán algo para “mejorar el mundo”, ese gran y abstracto objetivo. Y piensas que cómo es posible que no se te ocurriera hará un tiempo que en el mundo igual hay unos sesenta políticos extremadamente poderosos y que si al menos quince de ellos trabajan por cambiar el mundo y aún no lo han conseguido, tus ideas administrativas no le servirían de mucho.Vamos, que a su lado serías el típico niño que lo solucionaría “dando dinero a los pobres”. En resumen, estás harto de protestar por algo cuando el resultado va a ser más bien nada, y de ir a manifestaciones con los eternos inconformistas que no saben lo que quieren pero quieren que se lo den y que sea ahora.Ya. Y en las noticias prestas más atención a las caídas de las bolsa que a las rebeliones en el norte de África. Ya sabes, ese tipo de cosas. Que sí, que el petróleo está muy mal, y pronto será la tercera guerra mundial, y todo eso. Pero ya no participas de la histeria colectiva, no te viene de nuevas. Te percatas de que esto es así desde que el mundo es mundo y de que terremotos y desastres hay día sí día también, y menos mal que fue lejos de ti. Y de repente se te viene el mundo encima, tienes que elegir, trabajar o estudiar, qué estudiar, de dónde sacar dinero, para estudiar, para vivir, cómo conseguir trabajo, con lo mal que estamos con la crisis, y dónde coño voy a vivir, en la vida tendré casa propia, no me aceptan en la universidad ¿Qué carajo hago? Y has de tener planes de futuro con veinte años de antelación., no puedes ser un nini, un empanado de la vida, porque entonces no llegarás a nada. Y hete aquí que aún no tienes los dieciocho cumplidos.Y dentro de treinta años, yo te lo digo, serás viejo. Tendrás deudas, estarás pagando el coche, la casa, el colegio de tus hijos, puede que la pensión de tu mujer, porque así lo declaró el juez al divorciaros. Con los adelantos de hoy en día podrías ser joven, fuerte, sano, vivo, y sin embargo tu pelo ya estará blanco. Habrás tenido sueños, y con duro esfuerzo no habrás cumplido ni la mitad. Y era ahora cuando por fin ibas a poder disfrutar de tu vida. Y te acordarás de tu juventud y si eres un poco inteligente por lo menos, sabrás que no fue culpa de nadie, que fue en la época que te tocó nacer, crecer y consumir. Que con un poco de suerte podrás decidir cómo morir si es que tienes dónde caerte muerto.
Por si acaso.
lunes, 29 de agosto de 2011
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1 arañazos:
Sí y no. Todos pasamos por eso y siempre se pueden recuperar los sueños.
Muchas veces es más difícil empezar a luchar por ellos que lograrlos.
Un saludo.
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